Ha habido que esperar al cuarto día de la Semana Santa para ver realmente a las cofradías, al menos de esta jornada, en todo su esplendor. La meteorología ha mejorado desde las primeras horas del Miércoles Santo y la amenaza de lluvia se ha disipado para lo que resta de la semana. Al menos hasta el Sábado Santo, porque parece que para el Domingo de Resurrección se aproxima una nueva amenaza.

El tiempo se ha portado en el ecuador de la semana pasional, de manera que las hermandades del Gran Poder y de la Vera+Cruz, así como la Orden Servitas, han podido realizar sus recorridos penitenciales sin tener que alterarlos y con mucho público en las calles. Ha sido un Miércoles Santo pleno que comenzaba en el populoso barrio de la Bazán, donde el Señor del Gran Poder que tallara Dubé de Luque comenzaba su caminar algunos minutos por encima de las cuatro de la tarde, hora en la que la cruz de guía de la cofradía de la Sagrada Familia atravesaba el dintel de la puerta del templo. Posteriormente, lo hacía el palio de la Virgen del Amor, hasta que el cortejo llegó al centro ciudad y posteriormente regresó por el Puente Jesús del Gran Poder, pasadas ya la una de la madrugada, buscando su casa, con una noche fría pero sin viento ni lluvia, lo que permitió mantener encendidos cirios y candelería del palio de malla de la Señora.

Esperada era la salida de la Vera+Cruz a las siete de la tarde desde el Santo Cristo. Buen cortejo, bien ordenado, cruz de guía precedida de cirios de respeto, tras ella penitentes portando cruces y posteriormente cuerpo de nazarenos con cirios hasta el lignum crucis, alumbrado con faroles de mano, y el imponente paso de misterio, por vez primera cargado por una cuadrilla de los Jóvenes Cargadores Cofrades, sin acompañamiento musical como en estos últimos años. El que fuera capataz de la cuadrilla de 2014 y 2015, Juan Carlos Peña Cerezo, fue invitado a la primera llamada del paso y éste acompañó al paso durante todo su recorrido. Al filo de las doce y cuarto, la hermandad ya estaba prácticamente recogida.

La Orden Seglar de los Siervos de María completó el Miércoles Santo con un cortejo austero y un bello y peculiar paso para entronizar a una de las dolorosas más bellas de La Isla. Sus andas, del taller sevillano de Guzmán Fernández, presentaban este año el frontal del respiradero tallado, en un avance más en su creación. Delante, a modo de cruz de guía y tras el muñidor, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, como es tradicional. Su recogida se produjo algunos minutos más sobre las once de la noche.

Final de una brillante jornada que da paso a dos días álgidos: el Jueves y el Viernes Santo.