La procesión de la Divina Pastora de las Almas Coronada volvió a protagonizar la festividad del 15 de agosto en la Iglesia, la de la asunción de la Virgen. Aunque el viento de levante las nubes a primera hora de la tarde amenazaban con crear un extraño clima en pleno verano que estropeara una de las procesiones de gloria más esperadas en La Isla, finalmente no hubo que temer por  estas circunstancias y la Pastora regresó a las calles de la ciudad, especialmente las de su barrio, donde las colgaduras y otros exornos colocados por la propia hermandad y los vecinos convierten sus calles en unos rincones excelentes para vivir la fe hacia la Copatrona de la Ciudad.

Fue una jornada marcada por el Año de la Misericordia, especialmente reflejada en la detalle de la cofradía pastoreña al invitar a la Hermandad Sacramental de la Misericordia a realizar la Estación Menor en el convento de las Capuchinas y la levantá del paso, con la presencia del hermano mayor de la cofradía del Jueves Santo, Antonio Moreno Olmedo. Ya previamente, en la salida del templo pastoreño, la corporación letífica quiso dedicar una levantá a la Hermandad del Perdón, con motivo de las bodas de plata de la bendición de María Santísima de la Paz. El recordatorio emotivo, en este caso por un hecho luctuoso, fue la levantá en memoria de José Manuel Caro Soto, componente de la junta de gobierno de la Pastora, fallecido hace varios meses.

Misericordia, el Huerto y Ecce-Homo formaron el grueso de las representaciones presentes -optaron por hacerlo con sus jóvenes cofrades más que con los miembros de sus juntas de gobierno- en un cortejo en el que también estuvieron presentes hasta la calle Constructora Naval representantes institucionales como la del Ayuntamiento, tanto su equipo de gobierno como la oposición. La banda de música ‘Maestro Enrique Montero’ de Chiclana acompañó a la Virgen, interpretando numerosas marchas.

Fotografías del álbum de la salida procesional de Miguel Ángel Sanz y Cristina Ruiz.

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