Hasta una decena de hermandades isleñas celebraron de una manera muy especial la llegada del Domingo de Pasión, una jornada que se convierte tradicionalmente en el preludio más esperado de la Semana Santa justo a siete días de ver la primera cruz de guía en la calle.
La situación actual, con la ya conocida suspensión de las procesiones debido a la pandemia provocada por el Covid-19, ha marcado la Cuaresma y los actos del también llamado ‘Domingo del Pregón’. De hecho, la exaltación de la Semana Santa quedó suspendida también en su día, pero los cofrades no se resignaron a quedarse sin venerar a sus titulares en esta jornada en la que hermandades como Vera+Cruz, Ecce-Homo o Medinaceli mantienen la tradición de exponer a sus titulares en ceremonia de besapié o besamano.
Estos tradicionales ejercicios cultuales quedaron suspendidos para evitar el contacto con las imágenes como medida de seguridad y han pasado a denominarse ‘actos de veneración’, en los que los fieles han podido contemplar en altares montados para esta jornada los titulares de diez hermandades y la Virgen de la Esperanza de la Oliva en la parroquia de la Oliva.
La nota dominante durante todo el Domingo de Pasión fue la menor presencia de personas en las iglesias que en años anteriores. Tampoco los templos quedaron desérticos ni mucho menos, pero se percibió un cierto recelo que, por otro lado, también resulta lógico hasta que la situación no se normalice, algo para lo que resta aun un tiempo indeterminado.
No obstante, se ‘respiró’ a Domingo de Pasión aun sin pregón de la Semana Santa. Y de qué manera en las sedes canónicas de algunas hermandades, como por ejemplo en la capilla del Cristo Viejo, donde la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Nuestra Señora del Mayor Dolor ha tenido la afortunada idea de montar un altar simulando el paso antiguo sobre el que procesionaban sus titulares hasta el año 1982. Han sido, con permiso de las otras corporaciones cofrades, los cultos más comentados de esta Cuaresma. La centenaria hermandad ha impresionado con esta recreación no exenta de riesgo, ya que no era fácil el objetivo de unir las piezas de las antiguas andas para retrotraer en la historia a los fieles, volverles a mostrar aquella imagen de uno de los pasos más tradicionales de la Semana Santa isleña, que dejó de procesionar hace ya cuatro décadas. La junta de gobierno crucera ha hecho un gran trabajo, recreando los respiraderos, recuperando las escenas pasionales de la canastilla originales que aún se conservan y son propiedad de la hermandad de Humildad y Paciencia, las características tulipas redondas donde el acetileno iluminaba el misterio –en estos días con luz eléctrica, obviamente-, la mayoría de las jarras originales y otros detalles dignos de mención que causaron las emotivas lágrimas de más de un devoto, especialmente en la jornada previa del sábado, cuando la Vera+Cruz organizó un encuentro con los hermanos más antiguos que rememoraron el paso que construyera Luis Rugero. Una placa colocada en la trasera de las andas ha recordado este hecho y ha justificado el homenaje de este montaje tanto a los hermanos más antiguos como a los que han fallecido.
A pocos metros de la capilla cristeña, y en la parroquia del Santo Cristo, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos permanecía también en veneración, en el elegante y detallista altar al que nos tiene acostumbrados la hermandad de los Estudiantes, y en el que el Señor fue protagonista con su cruz sujetada por dos ángeles mientras en el altar habitual se encontraban las imágenes de María Santísima de la Amargura y San Juan Evangelista. Los titulares se mostraron con sus ropajes bordados.
Otra hermandad tradicional del Domingo de Pasión es la del Ecce-Homo, que mantiene en besamano a María Santísima de la Salud. Con la pandemia, este culto se convirtió ayer también en acto de veneración. Como novedad, la Virgen que tallara el recordado Alfonso Berraquero se encontraba en un altar que simulaba el dispuesto hace cincuenta años, cuando por vez primera se organizaba el besamano de la titular mariana. Por ello la imagen de San Juan Bautista que acompaña tradicionalmente a la Virgen no fue colocada en esta ocasión a su lado, permaneciendo junto al Señor del Ecce-Homo en su altar habitual. La cofradía del Lunes Santo también celebró este Domingo de Pasión el acto de entrega de la Gubia de Plata, que en 2021 ha recaído en la Hermandad del Prendimiento, cuyo hermano mayor estuvo presente para recoger esta distinción que Ecce-Homo concede anualmente.
Ya en la Iglesia Mayor, donde el trasiego de fieles de produjo durante todo el día, primaba la belleza en veneración de María Santísima de la Trinidad, titular de la Archicofradía de Medinaceli. Bello y poderoso altar de cultos de esta corporación con su imagen mariana austera en su ropaje, ataviada de negro en esta ocasión y con su corona de plata, con simbolismo en su color por la situación actual que estamos padeciendo.
Siguiendo el recorrido por la principal arteria de la ciudad, los cofrades isleños pudieron asistir a los cultos organizados por la Hermandad de la Expiración, con un altar efímero presidido por el valioso crucificado, la Virgen de la Esperanza a su lado y también San Juan Evangelista, arropados por una piña de cera en candelería y austero y elegante en flores. La solemne función de la cofradía fue vespertina y presidida por el obispo de la Diócesis, Rafael Zornoza, presente con motivo de la conmemoración de su CCXXV aniversario fundacional.
En la capilla de los Desamparados, en San José, permaneció también en veneración María Santísima de los Desamparados. Tras la bendita imagen, el portentoso crucificado de la Sangre, cortejado por candelería oscura. Las eucaristías se celebraron a las doce del mediodía y a las siete de la tarde.
La feligresía del barrio de la Ardila vivió su particular Domingo de Pasión con el altar que los hermanos de la Hermandad del Cristo de la Humildad y Paciencia y María Santísima de las Penas montó para el acto de veneración de sus titulares. Cercano a los devotos el Señor tan característico que tallara Alfonso Berraquero, ubicado a ras de suelo, y en un plano elevado la Señora, San Juan Evangelista y María Magdalena con candelabros de cera roja y claveles rojos.
Dos barrios periféricos vivieron también sus particulares cultos este fin de semana y uno de ellos, el de la Bazán, con dos hermandades celebrando actos de veneración en la parroquia de la Sagrada Familia, donde la Hermandad del Gran Poder hizo protagonista a la bella imagen de María Santísima del Amor, dispuesta en el altar mayor, con el Señor con la cruz a cuestas tras ella en plano elevado. En la misma disposición, en su altar, María Santísima de las Angustias, de la Hermandad de las Tres Caídas, aderezada con cera blanca y flores del mismo color y el titular cristífero tras Ella.
Finalmente, la feligresía del barrio de la Casería de Ossio visitaba la iglesia de la Inmaculada para contemplar la particular belleza de Nuestra Señora de la Paz, titular de la Hermandad del Perdón, que también permaneció en veneración este Domingo de Pasión en sustitución de su tradicional besamanos. La Señora lucía espectacularmente sobre su peana, cortejada por cera y flores blancas.
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