La hermandad de la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo en el sagrado misterio de su hallazgo, triunfo del Santo Lignum Crucis y Santa Elena, volvía a celebrar su día grande.

En la jornada de ayer sábado 21 de mayo volvía a recorrer las calles de las ciudad la Hermandad de Santa Elena, una procesión que no se llevaba a cabo desde el año 2019.

A las 18.30 horas se abrían las puertas de la parroquia Vaticana y Castrense de San Francisco para que se iniciara el cortejo de esta joven hermandad.

La hermandad salía a la calle acompañada de una amplia representación de las hermandades de la parroquia, Desamparados, Cristo Rey, Caridad y Expiración, así como la hermandad del Rocío y la hermandad del Nazareno.

Una procesión que discurrió por las calles Real, Almirante Faustino Ruiz, Colegio Naval Sacramento, Cecilio Pujazón, General Valdés, Sánchez Cerquero, Real, Dolores, Virgen de los Desamparados, Plaza de San José, San José, Real, Sánchez Cerquero, General Valdés, Alameda Moreno de Guerra y Rea; tenía el acompañamiento musical de la Banda del Nazareno, y presentaba varios estrenos; el dorado completo del canasto, dorado del respiradero frontal, así como es estofado de la imaginería menor y policromado esquinas del paso. Además de ello podía contemplarse un nuevo llamador.  El mismo es diseño de Antonio Luque Márquez y ha sido realizado por los talleres de orfebrería Bernet. Este llamador representa un águila imperial romana, este águila bicéfala está posada sobre el puente Zuazo y delante una cruz de flores recordando los orígenes de la hermandad como cruz de mayo que es la que hace de martillo y todo ello reposa sobre una base grabada a modo de agua, recordando los esteros y el carácter marinero de esta ciudad.